04 diciembre 2006

Muerte en el autobús

Mi compañero Antoñín me ha hecho darme cuenta de una terrible posibilidad: ¡¡Morir en el autobús camino de los alpes!!
Que asqueroso irse de este mundo en algo que podría ser una película de los 70: Muerte en el Autobús. Como esas pelis de autobuses del cole a los que pillaba el tren de las 9:00… Que jerna!!! Solo se me ocurre una muerte peor, también de película setentera: caer en un estrecho pozo metálico (el típico pozo metálico en el que te caes cuando eres pequeño), qedar atrapado en posición extraña a 15 metros de profundidad, y cuando tres días después el bombero de turno te estira una pata pa sacarte, te parte la columna y te mueres, pero de rabia.

Lo veo. El autobusero, al que nada más subir al bus bautizaremos con algún nombre según lo calvo, gordo y sudamericano que sea, se irá durmiendo mientras escucha el primer cassette de Julio Iglesias. Nosotros estaremos peor que él, aburridos, incómodos, incapaces de dormir más de 3 minutos seguidos, maldiciendo nuestras propias palabras, porque todos hemos dicho “bah, yo me duermo en cualquier lao”… y entonces… BiiiIIIIiiiIIiiMmm!! El autobús empezará a rodar por un barranco: gritos, bolsas del Lidl llenas de cerveza, PSPs volando… y al rio. Fin.

Lo peor de todo es qe nuestros seres qeridos dirán que murimos haciendo lo que nos gustaba… ¡Y una mierda! Murimos en una situación asquerosa, medio dormidos, con las piernas dormidas y rodeados de cosas Burton!!

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