20 octubre 2006

Mi primera vez

La primera vez que una mujer se me acercó... perdón este no era el tema. La primera vez que yo subi a la nieve tendría 8 años. Fui con el colegio ha hacer una excursion cutrera por la montaña con mini esquis de travesia. No me acuerdo de nada, solo que el monitor nos dijo: " estos esquis no resbalan hacia abajo en la nieve porque tienen escamas" Lo cual a mi me sorprendio un montón y más me soprendio cuando vi que era mentira y que te ibas para atras como una perra...que triste engañar a un niño...

La segunda vez que subi a la nieve fue igual de traumatico o peor. No tenia ni idea y mis amigos que iban de listos me subieron por la pista central, que obviamente baje andando soltando improperios contra todos los pijos que me miraban con cara de: "mira que gañan". En mi mente, les corte la cabeza con mi espada sagrada antipijos y debore sus corazones adquiriendo asi su alma y conocimientos. Pero esto solo en mi mente, en la realidad baje y me fui a la escuela de eski. Alli estaba el tipico profe que huele a pederastia a leguas (y no de viaje submarino, no no). el tio se arrimaba a las hembras con la escusa y a los tios nos decia "la cuña se hace así y ale, apañaros" . Obviamente, también corté su cabezaa y deboré su corazon. Luego decidi ser autodidacta y empecé a arrollar niños y viejos en la pista verde para xavalines. Los improperios fueron mutuos entre ellos y yo.

Al dia siguiente, con mi conocimiento adquirido en la pista verde, me atreví con el telearrastre. Ese invento para que los pijos se rian de ti. Despues de unos cuantos intentos frustrados consegui llegar arriba y aplicar mis conocimientos, que no eran muchos. El dolor de mis espiñillas al rozar con las botas de robocop alquiladas fue "in crescendo" hasta que finalmente desistí de continuar practicando esa mierda de deporte y me senté.

Una vez sentado, habiendo yo olvidado a mis colegas igual que ellos a mi, deje que las horas llegaran a su fin. Cogimos el autobus y nos volvimos. Recuerdo como viendo la mosca en el bus una calientapollas me enseño las bragas diciendo: "molan de rallitas, ehh". Zorra! me puso calenturiento y luego se fue con los pijos guays de clase que sabian esquiar. En mi mente, imaginé como metia a esta chavala en el teletransportador de la peli acompañada de un zorro del desierto de arizona, viendo atónito como al salir por la otra cámara de teletransporte no habia experimentado ningún cambio. Imagine entonces que al no poder ser más zorra, ningún cambio fue posible.

Después llegue a casa, odie el eski y lo sigo odiando. Si no hubiera sido por los videojuegos de Snow y por la presion de mis grandes y fieles amigos, jamás hubiera vuelto a la nieve. Ahora me divierte, aunque me cueste reconocerlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sabemos que esa furriña máxima no va a desaparecer nunca del todo, te conocimos así, no somos nadie para cambiarte pero si para mostrarte otros caminos que el señor a puesto para ti y tu regozijo aunque tu no los veas, pero nosotros inisitiremos hasta la saciedad.