El caso es que mi primer contacto con la nieve fué a la tierna edad de 16 añitos, en 1997. Por aquel entonces yo era un estudiante de intercambio viviendo en Seattle, Estados Unidos, y me apunté a una salida de estudiantes de intercambio a la nieve. Varias personas me dejaron ropa de nieve de varios años antes, lo cual se traducía en ropa fea de cojones y escasa impermeabilidad. Nos fuimos a Canadá, a la isla de Vancouver, al Ski Resort de Mount Washington, que podeis ver en la siguiente foto:

¿Bonito verdad? ¡Pues es un puto infierno! Os aseguro que allí viví las horas mas miserables de mi vida. Todos mis compañeros de viaje sabían esquiar y me dejaron "aprendiendo" en la escuela de ski. ¿Os podeis imaginar lo ridículo que me sentía aprendiendo a girar y frenar en una cola de niños de 7 años? Esos putos enanos sabían más que yo... ¡y ni siquiera medían 1 metro!
Logicamente no podía permitir semejante humillación, por lo que decidí aprender por mi mismo en una pista facil.
Me subí a un telesilla solo (que triste), y enseguida me di cuenta de que algo andaba mal. Ese telesilla iba hasta la cima de la puta montaña Washington y la pista estaba mucho más inclinada de lo normal. Mientras me cagaba en todo, la tormenta que rodeaba la montaña se intensificó y empezó a llover hielo!! Se me clavaba el hielo en la cara y la cabeza como agujas, y yo sin capucha ni gorro ni na... y para rematarlo el telesilla se paraba durante ratos que me parecían eternos. No se cuantos duró esa subida, pero lo recuerdo como si durase horas. Las horas más duras de mi existencia con diferencia.
Al final llegué arriba y como buen novato me pegué una buena ostia nada mas poner los skis en la nieve bajando del telesilla. Y cuando me asomé a la pista que bajaba recta... me di cuenta de que no era una pista... ¡¡Era un abismo hacia la muerte!!
Opción A) Me tiro a lo machote y muero ahi mismo.
Opción B) Me quito los esquís y bajo toda la montaña andando
Como habreis podido deducir, puesto que aún sigo con vida, me quité los esquís y me pasé media mañana bajando la montaña, lanzando maldiciones contra el frío, contra mis amigos que me habían abandonado y contra cualquier deporte que se practicase a menos de 20º. Cuando llegué abajo me fui al bar y me pasé el resto del día ahi, calentito.
Cuando volvimos a casa declaré oficialmente mi odio por la nieve y juré por todo lo que se menea que nunca volvería a esquiar.
Pasados 9 años de esos trágicos acontecimientos volví a la nieve, a la que perdoné no sin rencor. La promesa de no volver a esquiar la mantengo, porque me ha dado por el snowboard, pero eso ya lo contaré otro día que no tengo más ganas de escribir.
¿Como fueron vuestros inicios?
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